Estudiantes de la Universidad California, Santa Cruz, participaron en un experimento en el que tuvieron que inventar nombres para 18 conceptos abstractos como 'arriba', 'abajo', 'rápido' o 'lento'. Sus interlocutores tenían diez segundos para adivinar a qué se refería su compañero y los resultados fueron sorprendentes: las respuestas dadas en menos tiempo fueron las más acertadas.
El científico cognitivo de la Universidad de Wisconsin Madison Marcus Perlman explica al portal de la American Association for the Advancement of Science que quienes debían adivinar acertaron a la primera porque los inventores utilizaron sistemáticamente ciertos tipos de vocalizaciones para una serie de palabras concretas. Por ejemplo, a la hora de pronunciar las palabras para los conceptos 'arriba' y 'abajo', la voz de los participantes del experimento subía y bajaba de tono respectivamente, y al pronunciar las palabras para los conceptos 'lento' y 'rápido', la duración de los sonidos se ajustaba al significado.
"Los estudiantes juegan y están nerviosos porque no tienen ninguna idea de cómo expresar estos significados. Por eso se guían por sus intuiciones", dice Perlman.
Sotaro Kita, psicolingüista de la Universidad de Warwick, Reino Unido, que no participó en el experimento de Perlman, dice que su trabajo es "teóricamente muy importante" y podría 'romper' la explicación generalizada de la evolución del lenguaje: que primero los humanos desarrollaron el lenguaje de gestos y mucho más tarde lo tradujeron a la lengua hablada. "En cambio —dice Kita—, es mucho más probable que los gestos y el habla evolucionaran al mismo tiempo".
El estudio tiene un valor fundamental acerca de cómo surgió el lenguaje oral a partir de modelos acústicos para diferentes conceptos, aunque hay que tener en cuenta que el único lenguaje con el que se ha realizado la investigación es el inglés. Por eso es necesario realizar investigaciones profundas con otros idiomas para comprobar la fiabilidad de la teoría.