Normalmente la infección se cura con una combinación de los antibióticos azitromicina y ceftriaxona, pero en al menos 15 casos registrados la bacteria 'Neisseria gonorrhoeae' experimentó una mutación y sobrevivió al tratamiento. En todos ellos las personas afectadas formaban parejas heterosexuales.
Si no es destruida en el paciente, la cepa amenaza con serios problemas de salud a largo plazo, como la infertilidad y la enfermedad pélvica inflamatoria, que supone una complicación vitalicia para las mujeres. Durante el embarazo puede causar la ceguera permanente en los bebés.
"Este brote es preocupante, ya que la azitromicina forma parte del estándar europeo de tratamiento recomendado para la gonorrea", comentó al periódico 'The Guardian' el jefe de un programa especial del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, Andrew Amato-Gauci. "Hay muy pocas alternativas al tratamiento de la gonorrea en caso de que la resistencia a la azitromicina y la ceftriaxona se extienda".
"Experimentados médicos clínicos, epidemiólogos y especialistas en la salud pública que trabajan en el campo de las enfermedades de transmisión sexual abogan desde hace tiempo por la necesidad de desarrollar nuevos antibióticos contra la gonorrea, y este brote solo sirve para enfatizar esta urgencia", afirma el experto.
Según los datos estadísticos del centro, en general en Europa el número de nuevos casos registrados de gonorrea ha crecido un 79% desde el año 2008, especialmente entre los hombres.