Según informa el portal Medical Daily, antes del experimento, el voluntario, Sacha Harland, fue evaluado por un médico deportivo que le informó de que, a pesar de que en general gozaba de buena salud, tenía el colesterol un poco alto.
"Tengo curiosidad por ver lo que puede hacer una alimentación saludable", decía Harland ansioso por comenzar su dieta. No obstante, su entusiasmo empezó a desaparecer a los primeros síntomas de abstinencia y al sentir que no tomar azúcar le hacía tener hambre y estar constantemente de muy mal humor. Sin embargo, al cabo de un mes la sensación de fatiga no solo desapareció, sino que por primera vez en su vida notó que no tenía ganas de comer nada dulce, empezó a sentirse más en forma y a tener más energía. A nivel biológico, Harland perdió cuatro kilos y su colesterol se redujo en un 8%.
Según los científicos, la mayor dificultad para realizar este tipo de prueba es que casi todos los alimentos que consumimos habitualmente llevan azúcar añadido. Pero sus efectos valen la pena, ya que una dieta que incluye menos azúcar y alcohol puede mejorar significativamente la salud en un corto período de tiempo, aseguran los autores del proyecto.