Moon Ribas, bailarina y activista cíborg española, lleva incorporado en su codo un pequeño chip que le envía lecturas sísmicas de todo el mundo. Cada vez que hay un terremoto, el chip vibra para reflejar su magnitud, lo que se traduce en la coreografía de Ribas.
Al implantarse el chip en su brazo, Ribas se ha comprometido a mantener una "conversación eterna" con el planeta, y ahora busca reflejar la incertidumbre de las personas que viven en las zonas donde hay fallas geológicas.
"Es como un latido del corazón: la Tierra está latiendo constantemente", cuenta Ribas al portal Hopes&Fears, explicando que se siente como si tuviera "dos latidos del corazón": el suyo propio y el de la Tierra.
La bailarina comenzó a integrar la tecnología en sus actuaciones durante un intercambio que hizo en la SNDO (School for New Dance Development) Theatreschool de Ámsterdam (Países Bajos).
Las cosas nuevas siempre dan miedo a la gente. Cuando llegó la televisión un montón de gente estaba en contra de ella; todo lo que es un gran cambio asusta a la gente
Eligió la opción más obvia para una coreógrafa: los terremotos.
"Cuando uno piensa en la danza, piensa en el movimiento. Entonces se da cuenta de que no solo se mueven los seres humanos, hay un montón de cosas que se mueven", explica Ribas "El planeta se mueve constantemente: no solo gira, sino también se sacude. Se sacude todo, y constantemente. Eso es poderoso".
Del mismo modo, el chip en su codo también está en un movimiento casi constante, respondiendo con la vibración a los sismos independientemente de si Ribas está o no está actuando en este momento. Si sucede mientras está hablando con alguien, tiene que parar por un momento. La bailarina se ríe de ello, admitiendo que la Tierra interrumpe su vida cada día, aunque afirma que "es una sensación muy agradable".
Ribas es la cofundadora de la Cyborg Foundation, una organización sin ánimo de lucro que defiende la cibernética aplicada. La activista espera que con el tiempo más gente considere extensiones sensoriales, ya que, en su opinión, pueden ayudar a crear una relación diferente entre las personas y el planeta, así como promover una interacción más respetuosa entre los humanos y su entorno. "Si uno tiene una experiencia diferente con su entorno, tal vez su comportamiento también cambiará", argumenta.
"Las cosas nuevas siempre dan miedo a la gente. Cuando llegó la televisión un montón de gente estaba en contra de ella; todo lo que es un gran cambio asusta a la gente", asegura la coreógrafa.