Esta es la pregunta que se plantea en nuevo artículo del portal Furfur y a la que intenta responder con la ayuda de destacados investigadores sobre este tema.
Acceso privilegiado a la inmortalidad
Antes que nada, cabe destacar que el desarrollo de una 'cura para el envejecimiento' es un proceso caro, por lo que es de suponer que los primeros grandes avances y las primeras tecnologías eficaces en este ámbito van a pertenecer a las poderosas empresas farmacéuticas con planes de negocio correspondientes.
Según el economista de la Universidad de Harvard, David M. Cutler, es poco probable que la terapia contra el envejecimiento ingrese en los programas básicos de la medicina social.
"El acceso privilegiado a tales tecnologías hará que el problema de la desigualdad económica alcance un nivel cualitativamente nuevo", reza el artículo de Furfur.
Adiós a las pensiones
Hoy en día, los economistas ya se enfrentan a un grave problema: la esperanza de vida en los países desarrollados está creciendo y con ella aumenta dramáticamente la carga en los gastos sociales de los presupuestos estatales, debido al aumento de la necesidad de atención médica y de las pensiones.
Por lo tanto, si nos imaginamos un escenario más o menos realista de los gerontólogos —una sociedad en la que la mayoría de las personas pueden vivir hasta por lo menos 150 años— el sistema de pensiones en esa sociedad simplemente desaparecerá como concepto, sostiene el artículo.
Cambios en la familia
Metamorfosis radicales le esperan también a la institución de la familia, ya que con el aumento de la esperanza de vida, aumentará también la edad de la herencia.
"Con la duplicación de la esperanza de vida, los jóvenes tendrán que olvidarse de tener su propio apartamento hasta que cumplan 100 años, a menos que los padres se lo puedan regalar", indica el portal.
Además, crecerá el número de segundos matrimonios y por lo tanto, el número de herederos.
La gerontocracia
Si las pensiones y la jubilación son canceladas, es poco probable que las personas de 100 años, intelectualmente aptas para trabajar, den paso a las de 50 años, sin hablar de los treintañeros, cuya 'juventud' será mucho más prolongada.
La concentración del capital y el trabajo en manos de los 'ancianos' y la marginalidad social y económica de los 'nuevos jóvenes' llevarán a una gerontocracia, reza la publicación.
"Tendremos tiempo suficiente"
Ante todas estas perspectivas, la gente "tiene que reestructurar su conciencia y cambiar sus estándares", opina el futurólogo Serguéi Moskalyov, agregando que se crearán las condiciones económicas correspondientes.
Así, "para un jubilado no será rentable vivir solo en un apartamento de dos pisos y de 100 metros cuadrados", explica el experto.
Además, prosigue el futurólogo, se desarrollará la 'gerontosofía': el arte de vivir con una avanzada edad.
A su vez, el reconocido gerontólogo inglés Aubrey de Grey enfatiza que "lo más importante que debemos tener en mente cuando hablamos de un futuro no muy cercano es que van a cambiar muchas cosas, no solo una".
"Por ejemplo, cuando hablamos del mundo que ha superado el envejecimiento, cabe pensar que es poco probable que un mundo que sea capaz de inventar un medicamento que controle el envejecimiento, aparte de esto, no sea nada diferente al mundo de hoy", argumenta Grey.
Lo más importante que debemos tener en mente cuando hablamos de un futuro no muy cercano es que van a cambiar muchas cosas, no solo una
Además, indica, "hay que tener en cuenta la respuesta social a estos cambios globales, que no se dan solo después sino también antes, en el período de espera".
En este sentido, el experto considera muy probable que para 2025, o incluso para 2020, la comunidad científica anuncie un inminente avance en el área del envejecimiento.
"Cuando esto suceda, la sociedad responderá de inmediato, comenzando a trabajar en las posibles consecuencias antes de que ocurran", asegura el gerontólogo.
"Tendremos tiempo suficiente, porque no creo que sea posible superar el envejecimiento antes de 2035", concluye Grey.