El "asesino invisible" más letal y conocido es el monóxido de carbono, un gas altamente tóxico. Aunque, los científicos de Nottingham Trent University, Reino Unido, han revelado que el gas radón "es mucho más peligroso". Es un gas radiactivo, que no tiene color ni olor. Sin embargo puede acumularse en los edificios y en viviendas amenazando la salud mediante diversas enfermedades mortales, y en particular, con el cáncer.
Según los científicos, cada año en el Reino Unido por el cáncer de pulmón producido por el radón-222, mueren aproximadamente unas 1.100 personas, informa 'Daily Mail'. Dicha cifra es considerablemente más alta que la de los muertos por cáncer de pulmón producido por el asbesto (amianto), ampliamente utilizado en la construcción.
Una vez liberado, el radón podría penetrar en el aire que respiramos. Así, según las recomendaciones dadas por la organización del cáncer de EE.UU., para reducir el nivel del radón, es necesario: sellar las grietas en el suelo y paredes de los apartamentos y ventilar las habitaciones. Además, es recomendable utilizar ciertos materiales de construcción resistentes a este tipo de gas.