La mencionada erupción volcánica ocurrida en 2013 generó esa nueva formación terrestre cerca de la isla Nishinoshima, conocida también como isla Rosario. Desde entonces, el territorio ha aumentado su tamaño de manera gradual hasta fusionarse con Nishioshima, según ha señalado el diario británico 'The Daily Mail'.
De acuerdo con los guardacostas japoneses, en estos momentos la nueva isla conjunta mide 1.900 metros de este a oeste y 1.950 metros de norte a sur; además, tiene alrededor de 100 metros de altura. Un reciente estudio aéreo reveló que su actividad volcánica se ha intensificado y que aún no es posible determinar por cuánto tiempo se prolongarán los flujos de lava y humo que arrojan uno de sus cráteres.
Este fenómeno ha impactado a los científicos, puesto que las formaciones que aparecen después de que se produzcan erupciones submarinas suelen desaparecer al cabo del tiempo, cuando las arrastra el mar. Sin embargo, el intenso crecimiento del pequeño islote, su fusión con la isla Nishinoshima y la aparición de la actividad volcánica podrían ayudar a estudiar los fenómenos biológicos que se producen en condiciones adversas.
A pesar de que la isla está compuesta casi en su totalidad por rocas volcánicas producto del enfriamiento de la lava, los científicos estiman que comenzará a poblarse de manera gradual; al principio, con plantas y luego, tal vez, con animales, sirviendo de 'laboratorio natural'. "Los biólogos estamos muy centrados en la nueva isla porque nos va a permitir observar el punto de partida de los procesos evolutivos", declaró Naoki Kachi, profesor y jefe del comité de investigación de la Universidad Metropolitana de Tokio.