Científicos advierten sobre una inminente catástrofe para la Tierra
Unos 22 científicos que investigan el clima han señalado en un nuevo estudio que en 10.000 años la Tierra cambiará drásticamente: se cree que muchas ciudades costeras quedarán sumergidas bajo el agua como resultado del cambio climático.
Dirigida por Peter Clark, de la Universidad Estatal de Oregón (EE.UU.), la investigación sostiene que la Tierra tendrá que pagar un elevado precio durante los próximos 10.000 años si los humanos no empiezan a realizar cambios drásticos.
"En las próximas décadas la humanidad tiene la oportunidad de minimizar el potencialmente catastrófico y gran cambio climático que durará más que toda la historia de humanidad", afirmó Clark a 'The Washington Post'.
Anders Levermann, experto en cuestiones relativas al aumento del nivel de mar, afirmó que se necesita un cambio para analizar las consecuencias de las emisiones humanas a largo plazo. "Es impresionante que podamos proporcionar un impacto tan duradero que tenga la misma importancia que la edad de hielo", afirma.
El estudio destaca que el dióxido de carbono es la principal razón de este fenómeno: este compuesto químico permanece en la atmósfera durante un período de tiempo sustancial antes de ser eliminado por procesos naturales.
Si no se consigue desarrollar tecnologías capaces de eliminar el dióxido de carbono del aire, el pronóstico de los científicos no es para nada alentador: una parte considerable de las emisiones de carbono emitidas hasta ahora y en los próximos 100 años permanecerá en la atmósfera entre decenas y cientos de miles de años. En ese contexto, Raymond Pierrehumbert, coautor de la investigación, señaló: "Si queremos tener alguna tecnología de sustitución para evitarlo, deberíamos invertir mucho más en la eliminación del dióxido de carbono".
Una investigación concluye que en 10.000 años los humanos habrán emitido cantidades de emisiones de carbono suficientes como para hacer que el clima del planeta se recaliente 7 grados y los niveles del mar aumenten unos 52 metros. Esto supondría consecuencias irrevocables para el clima global, puesto que el cambio de la composición química de la atmósfera a largo plazo puede ser trágico.