¿Cómo destruimos nuestro cerebro a diario sin saberlo?

Diferentes investigaciones científicas demuestran que la multitarea resulta dañina para nuestro organismo.

El cerebro humano está diseñado para centrarse en una sola tarea cada vez, así que un exceso de información disminuye su velocidad de funcionamiento, asegura Larry Kim, fundador de la empresa de publicidad en línea WordStream.

Para justificar su teoría, Kim explica que el neurólogo Earl Miller, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) de (Cambridge (EE.UU.), estima que el cerebro no está adaptado a la multitarea; es decir, cuando las personas piensan que están haciendo varias cosas de manera simultánea, en realidad cambian rápidamente de labor y, cada vez que lo hacen, se produce una pérdida cognitiva.

Además, esta variación genera malos hábitos. Por ejemplo, cuando ejecutamos una faena pequeña —enviamos un correo electrónico o escribimos un tuit— recibimos una dosis de dopamina como recompensa. El cerebro quiere recibir más cantidades de esa sustancia y por eso cambiamos de tareas, para obtener una recompensa rápida.

Sin embargo, esta actividad favorece la formación de un adictivo círculo vicioso: parece que llevamos a cabo muchas tareas al mismo tiempo pero, en realidad, resultan poco productivas. Además, la multitarea nos impide estructuralizar nuestro pensamiento o ignorar la información no relevante y eso afecta a la efectividad y calidad de nuestro trabajo.

Una investigación de la Universidad de Londres (Reino Unido) ha demostrado que el cociente intelectual (CI) de los examinandos que intentaban resolver varias tareas simultáneamente caía, como si hubieran pasado toda la noche sin dormir o hubiesen fumado marihuana. La multitarea también provoca la producción de cortisol, la hormona de estrés y el daño provocado por intentar abarcar demasiadas ocupaciones puede ser irrecuperable.

De hecho, otros científicos de la Universidad de Sussex (Reino Unido) han investigado los resultados de la tomografía por resonancia magnética de aquellas personas que, por ejemplo, prefieren ver la televisión y chatear al mismo tiempo y han descubierto que su cerebro tiene una densidad inferior en la parte delantera del cráneo, la zona responsable de controlar las emociones. De momento, no se sabe si la multitarea provoca esos cambios o, al revés, son las personas con esta peculiaridad quienes prefieren desarrollar varios cometidos a la vez.