Los tiburones blancos son depredadores muy voraces, y parece que incluso se atreverían con el tiburón ballena, el pez más grande del planeta, sugiere Michael Newbrey, de la Universidad de Columbus (Georgia, EE.UU.), en un estudio publicado en la revista 'New Scientist'.
Dos vértebras de tiburón ballena recuperadas del estómago de un tiburón blanco de 4,5 metros de largo capturado hace 50 años demuestran que el escualo incluyó en su alimentación a un ejemplar de esa especie. A juzgar por el tamaño de las vértebras, la víctima medía 8,5 metros de largo.
El estudio no ha revelado si el tiburón blanco, la única especie del género Carcharodon que sobrevive en la actualidad, le hincó el diente al tiburón ballena cuando este estaba vivo o muerto, pero se han registrado casos en los que tiburones blancos han atacado a ejemplares jóvenes del mayor pez de los mares. Sin embargo, el tiburón ballena al que devoró el tiburón blanco estudiado era un pez adulto.
Los zoólogos están sorprendidos por el 'interés' del depredador en un tiburón ballena, puesto que los 'Carcharodon' generalmente no atacan a criaturas marinas de un tamaño muy superior al suyo. Además, estos escualos prefieren comer la grasa subcutánea de ballenas y focas, y no la carne relativamente dura de otros tiburones.
Sin embargo, el nuevo descubrimiento ha permitido obtener información valiosa sobre la dieta de los tiburones blancos, cuya composición sigue siendo un misterio para los investigadores.