Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha encontrado una llave, basada en la manipulación genética, que facilitaría abrir la puerta al desarrollo de fármacos para un tratamiento eficaz del autismo, trastorno que por el momento no tiene cura.
"El autismo tiene diversas causas genéticas, la mayoría de los cuales son aún desconocidas. Alrededor del 1% de las personas con autismo carecen del gen llamado 'Shank 3', que es fundamental para el desarrollo del cerebro. Sin este gen, los individuos desarrollan síntomas de autismo típicos, como son las conductas repetitivas y evitar las interacciones sociales", explican los autores del trabajo.
En un estudio con ratones, los investigadores del MIT demostraron que se pueden revertir algunos de los comportamientos típicos del autismo introduciendo el gen Shank 3 en el organismo del paciente. "Esto sugiere que incluso el cerebro adulto tiene plasticidad hasta cierto punto. Hay cada vez más pruebas de que algunos de los defectos son, en efecto, reversibles, dando esperanza de que podemos desarrollar un tratamiento para los pacientes autistas en el futuro", agregaron.
Los genes Shank 3 actúan como un "andamiaje de las sinapsis, que permite la comunicación entre las neuronas y de apoyo a cientos de proteínas necesarias para esta comunicación, para que las neuronas puedan conectarse correctamente".