Una investigación recientemente publicada en la revista 'Trends in Neurosciences' puede facilitar la elaboración de nuevos medicamentos para tratar la depresión. Los científicos Dasiel Borroto-Escuela y Alexander Tarakanov estudiaron los mecanismos de funcionamiento de nuestros receptores de serotonina, que influyen en el desarrollo de la depresión, y encontraron su semejanza con los receptores de los poríferos, unos animales invertebrados acuáticos más conocidos como esponjas.
El trastorno depresivo mayor, también llamado depresión clínica o depresión mayor, es una enfermedad mental que se caracteriza por un estado de ánimo invasivo y persistente acompañado de una baja autoestima y una pérdida de interés o de placer en actividades que normalmente se considerarían entretenidas.
Hay varias teorías que intentan explicar el origen de la depresión mayor. Las dos hipótesis más verosímiles dicen que puede ser provocada por un trastorno en el funcionamiento de los receptores de serotonina o por la falta del factor neurotrófico derivado del cerebro, o FNDC. El FNDC es una proteína que actúa como factor de crecimiento de la familia de las neurotrofinas asociadas al factor de crecimiento neuronal. Su falta fomenta trastornos neurales, de manera que puede incentivar la formación de la depresión mayor.
En el estudio analizaron ambas teorías y encontraron complejos consistentes en los receptores que organizan el funcionamiento del sistema nervioso y controlan la producción de neuronas. Complejos similares se descubrieron en el organismo de las esponjas.
Investigaciones posteriores de esta coincidencia podrían contribuir a la elaboración de nuevos medicamentos contra la depresión.