En Internet circulan diferentes tests para esclarecer cuál es el hemisferio cerebral predominante. La idea radica en que durante mucho tiempo se ha considerado que el hemisferio derecho es responsable de la creatividad y las emociones, mientras que el izquierdo se asocia más con las funciones analíticas y la racionalidad. Sin embargo, algunos científicos señalan que esta creencia común es errónea.
Jeffrey Anderson, científico de la Universidad de Utah, EE.UU., ha analizado más de mil cerebros humanos para comprender cómo operan los diferentes hemisferios. En una entrevista a la BBC confirmó que el concepto de que las mitades izquierda y derecha del cerebro tienen conjuntos de habilidades y capacidades opuestas no es más que un mito. "Es cierto que algunas personas tienen un estilo cognitivo más metodológico y lógico, y otras, más suelto y espontáneo", señaló. No obstante, según Anderson, el modo habitual de procesar la información y de utilizar los recursos cognitivos (la percepción, la memoria, el procesamiento) "no tiene nada que ver con las diferentes funciones de los hemisferios izquierdo y derecho". El científico señala que esta idea no cuenta con el apoyo de las neurociencias y contradice los estudios de décadas sobre la organización del cerebro, el papel funcional de los dos hemisferios cerebrales y las pruebas con pacientes con lesiones en uno u otro hemisferio del cerebro.
Durante los experimentos, el equipo de investigadores, dirigido por Anderson, midió las fuertes conexiones en ambos lados del cerebro y llegó a la conclusión de que estas se distribuyen de manera bastante similar. Es decir, no se demostró que hubiera personas que tuvieran conexiones más fuertes en un lado del cerebro que en el otro. Entonces, ¿de dónde procede el mito? Según la BBC, podría haberse originado con la investigación de Roger W. Sperry, galardonado con el Premio Nobel en 1981, que demostró que las diferentes secciones del cerebro tienen funciones diferentes. Sin embargo, la separación de los hemisferios cerebrales en un lado 'lógico' y otro 'emocional' parece tener un fundamento popular, no científico.