¿El autismo se causa por lo que comemos? Nuevo estudio sobre fungicidas lo explica

Las multinacionales que se benefician de la venta de productos químicos como pesticidas, utilizados en la agricultura, se han enfrentado a un golpe duro propinado por la ciencia.

Un tipo relativamente nuevo de fungicidas, que se esparce en frutas y verduras, causa cambios genéticos en neuronas de ratones, similares a las células del sistema nervioso humanas involucradas en el desarrollo no solo del autismo, sino de la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado en la revista 'Nature Communications'.

La pregunta es si el químico llega a nuestro cuerpo a niveles suficientes para llegar al cerebro y causar alguno de los efectos que vemos en estos experimentos

Se trata de las estrobilurinas, fungicida cuyo uso fue aprobado solo a finales de los años 1990: más de 50 años después de que fuera diagnosticado y registrado por los médicos el autismo. Los investigadores de la Universidad de Chapel Hill, en Carolina del Norte (EE.UU.), han revelado cómo las estrobilurinas dañan las neuronas.

Los científicos han expuesto las células cerebrales de ratones a más de 300 pesticidas y fungicidas diversos. Esto les sirvió para constatar que las estrobilurinas afectan a las mitocondrias, estructuras que mantienen el nivel suficiente de energía necesaria para el funcionamiento normal de las células. Esta sustancia dañina reduce la actividad de los genes implicados en el proceso sináptico: la interactuación de las neuronas.

El químico está en nuestros alimentos en niveles bastante altos

Al mismo tiempo, las estrobilurinas aumentan la actividad de los genes responsables de la inflamación del sistema nervioso. El líder de la investigación, Mark Zylka, ha explicado a 'The Guardian' que faltan más estudios para establecer si los fungicidas afectan a la salud humana de manera semejante a la de los ratones de los experimentos.

"La pregunta es si el químico llega a nuestro cuerpo a niveles suficientes para llegar al cerebro y causar alguno de los efectos que vemos en estos experimentos. El químico está en nuestros alimentos en niveles bastante altos", ha subrayado. Además, Zylka destacó que, gracias al estudio, cambió su percepción de la comida que compra cada día.