En su camino a Marte, la nave espacial de la misión conjunta entre la Agencia Espacial Federal Rusa (Roscosmos) y la Agencia Espacial Europea (ESA) ha realizado más de 83 millones de un total de 500 millones de kilómetros. Según una nota publicada por Roscosmos, los especialistas de la misión realizan constantes chequeos del sistema orbital Trace Gas Orbiter (TGO) y la sonda Schiaparelli que aterrizará en el planeta rojo.
Según el reporte, al momento el aparato se encuentra en perfectas condiciones. El 7 de abril, una cámara de alta resolución del TGO se encendió por primera vez y realizó varias tomas de una parte aleatoria en el espacio exterior. La recepción de las fotografías en la Tierra demuestra que tanto el mecanismo de rotación como el de direccionamiento de la cámara funcionan correctamente.
Todo apunta a que obtendremos buena información de Marte
"A pesar de que la cámara no está diseñada para hacer tomas de estrellas lejanas, las primeras imágenes son bastante prometedoras. Todo apunta a que obtendremos buena información de Marte", fueron las palabras de Nicolas Thomas, principal responsable del equipo fotográfico.
Misión ExoMars
En octubre del presente año, el aparato cósmico se acercará a Marte. Inicialmente se espera que el módulo orbital TGO realice un análisis de la atmósfera del planeta con el fin de determinar la fuente de origen del gas metano en su superficie.
Además, se estima que el 19 de octubre próximo el módulo Schiaparelli aterrice en la superficie del planeta rojo. Su tarea es realizar una serie de mediciones del viento, humedad, presión atmosférica, temperatura y de los campos eléctricos. Esta información, junto a los datos del TGO, permitirá a los científicos conocer a fondo el fenómeno de tormentas de polvo que se registra en el vecino planeta.
Los científicos estiman que el metano presente en la atmósfera de Marte puede ser de origen tanto biológico (microbios primitivos) como geológico (posible presencia de agua líquida bajo la superficie marciana). Este hecho puede ser considerado como una prueba de la existencia de vida en dicho planeta.
La misión se inició el 14 de marzo con el lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur del módulo espacial ruso Protón.