La vivienda es una necesidad humana básica, pero la costumbre de quedarse en casa todo el día puede alimentar la ansiedad, el insomnio y otros problemas de salud, advierten los científicos en un estudio publicado en la revista 'Current Biology'.
La luz solar, que solo recibimos estando al aire libre, ayuda a calibrar el 'reloj' circadiano de nuestro cuerpo, que regula todos los biorritmos, desde los horarios del sueño y el apetito hasta los niveles del estado de ánimo y energía, explica Kenneth Wright, director del Laboratorio de Sueño y Cronobiología de la Universidad de Colorado, Boulder (EE.UU.).
La iluminación eléctrica y la ausencia de luz natural, por lo contrario, alteran nuestros ritmos internos, al igual que trabajar de noche aumenta el riesgo de desarrollar obesidad, diabetes, depresión y otras enfermedades.
La solución es salir al aire libre todos los días un mínimo de 45 minutos, si es posible por la mañana, aconseja Wright. Esto ayuda a nuestro cuerpo a salir del modo de suspensión, dice Wright. "Nuestro sistema absorbe la luz natural a través de la retina, de manera que si es necesario podemos ponernos ropa y crema para protegernos la piel. También podemos ponernos gafas de sol: seguiremos recibiendo mucha luz simplemente estando al aire libre", explica el científico.