Uno de los grandes cráteres aparecidos misteriosamente en Siberia puede estar vinculado a una gran explosión lo suficientemente fuerte como para haber sido escuchada a 100 kilómetros de distancia y que podría haber causado igualmente un "resplandor en el cielo", según habitantes de la región, informa 'The Siberian Times'.
Se trata de la llamada grieta de Deryabinsky emplazada en la península de Taimyr, la parte más septentrional del continente asiático. El cráter, que fue descubierto por pastores de renos en el año 2013, tiene alrededor de 100 metros de profundidad y desde que fue descubierto su tamaño se ha incrementado en 15 veces.
Según el experto Vladimir Epifanov del Instituto de Investigación de Siberia en Novosibirsk, algunos habitantes de la zona han confirmado que escucharon un sonido como el de una explosión y que uno de ellos vio un resplandor en el cielo antes del descubrimiento del cráter.
"Tenemos cierta información de habitantes de regiones cercanas, a una distancia de 70 o 100 kilómetros, que escucharon un sonido como de una explosión y uno de ellos observó un claro resplandor en el cielo", explica el científico a 'The Siberian Times'. "Ocurrió un mes después del meteorito de Cheliábinsk", aclara.
El bólido de Cheliábinsk fue registrado por docenas de cámaras en toda Rusia cuando apareció en el cielo en febrero de 2013. Al desintegrarse en la atmósfera, explotó con fuerza y provocó una onda expansiva por toda la región de Cheliábinsk causando unos 1.500 heridos y graves daños en las infraestructuras de la zona.
Los locales creen que éste cráter pudo haber sido causado por la explosión de un objeto espacial, pero los investigadores se muestran escépticos al respecto.
El actual consenso científico indica que el fenómeno de los cráteres podría ser causado por el cambio climático y el derretimiento del permafrost (capa de suelo permanentemente congelado). Sin embargo, Epifanov sostiene que la grieta es demasiado profunda para estar relacionada con el cambio climático.