El objetivo de realizar un vuelo alrededor de Marte fue planteado por el presidente de EE.UU., Barack Obama, en el año 2010. Según el plan original, en el año 2025 la NASA deberá llevar a cabo el primer vuelo tripulado hacia un asteroide cercano a la Tierra.
A mediados de la década del 2030 la agencia tiene que alcanzar la órbita marciana, para luego llevar a cabo el aterrizaje sobre la superficie del planeta rojo. Actualmente, la NASA está cumpliendo con lo previsto, afirma el experto en políticas espaciales, Yuri Karash.
Según el artículo de Karash, publicado en el portal ruso 'Vzglyad', la NASA estableció seis elementos principales que deberían ser realizados para el cumplimiento exitoso del aterrizaje en Marte.
Entre ellos se encuentran el desarrollo del cohete espacial pesado Space Launch System (SLS), la nave espacial Orion, el hábitat espacial Transhab, un módulo de aterrizaje, un módulo de despliegue y el sistema eléctrico-solar de retropropulsión espacial.
¿Cómo transportar a Marte todo esto?
Se trata de una carga total de más de 30 toneladas, según las estimaciones de la NASA. Para el envío de los seis elementos mencionados al espacio se requerirán al menos seis lanzamientos del cohete SLS, que deberá contar con una capacidad de carga de hasta 130 toneladas.
Lo importante también es que todas estas partes estarán compuestas de un sistema unido fuera de la órbita terrestre. De acuerdo con el proyecto de la NASA, los elementos del complejo marciano serán recolectados en el segundo punto de Lagrange (L-2), ubicado en otra cara de la Luna.
Los puntos de Lagrange son las posiciones en un sistema orbital donde un objeto pequeño, solo afectado por la gravedad, puede ser estacionario respecto a dos cuerpos más grandes como la Tierra y la Luna. Este lugar se convertiría en un auténtico "polígono de pruebas", creen los expertos de la NASA.
Tres pasos hacia el planeta rojo
Etapa terrestre: la NASA planea realizar múltiples tareas y pruebas en la Tierra para obtener la experiencia sustancial que sea necesaria para la ejecución de la parte extraterrestre de la misión marciana.
Durante esta fase, la agencia también desarrollará un método para extraer y usar el dióxido de carbono y agua marciana. Esta tecnología es necesaria para producir en el planeta rojo la cantidad de combustible suficiente para el regreso del módulo guiado con el hábitat espacial.
'Polígono de pruebas': se trata de la misión espacial llevada a cabo en el punto L-2 de la órbita lunar. Se planea finalmente capturar a un asteroide cercano con un aparato automático y traerlo al punto L-2, donde el cuerpo espacial será investigado por el equipo de la nave espacial Orion.
Independiente de la Tierra: se planea el estudio directo y la exploración de Marte. Esta fase ya incluye la vida en Marte, el uso intensivo de sus recursos y transmisión regular de la información científica hacia la Tierra, mediante sistemas de comunicación avanzados.
'SLS: cohete a ninguna parte'
El futurista cohete espacial Space Launch System (SLS) de la NASA, que tiene un costo proyectado de 18.000 millones de dólares hasta el 2017, es la piedra angular de la misión marciana. Sin embargo, en EE.UU. existe una oposición firme a la construcción de este lanzador, al que incluso llaman 'el cohete a ninguna parte'.
La crítica surge debido que nadie sabe adónde realmente irá el cohete: quizá se pose sobre un asteroide, o dé la vuelta a la Luna, o incluso pueda llevar astronautas a Marte.
Keith Cowing, un antiguo trabajador de la agencia estadounidense, dijo en una entrevista a BuzzFeed que el motivo real de la construcción del SLS "es gastar dinero y crear puestos de trabajo, igual como hacía la Unión Soviética con sus oficinas de diseño".