A mediados de 2014, las olas arrastraron hasta la playa de la isla San Jorge, en el estrecho de Bering, un ejemplar de ballena perteneciente al género Berardius, cuyas características sorprendieron y desconcertaron a los científicos: tiene siete metros de largo, dos pares de dientes y un hocico como el de los delfines.
Las primeras investigaciones llevaron a los especialistas a creer que se trataba de un ejemplar de ballena picuda de Baird, que es la especie más grande de zifio. No obstante, sus 7,3 metros de extensión la distanciaban de los 12 que tienen los ejemplares conocidos. Sus dientes amarillentos, en tanto, descartaron la posibilidad de que fuese una cría. Además, su piel es más oscura y su aleta dorsal, más flexible y de mayor tamaño, publicó 'National Geographic'.
Descubren en Alaska nueva especie de ballena: la llamada de pico negro, que crece hasta 7 metros. pic.twitter.com/9wK5NENHBw— ELNORTE.COM (@elnortecom) 29 de julio de 2016
Por lo tanto, los investigadores se encontraron frente a un gran interrogante: ¿De qué especie se trataba? Luego de rastrear la cuenca del océano Pacífico y de analizar muestras de ADN de 178 ballenas, concluyeron que se encontraban ante una nueva especie de Berardius de la que, hasta el momento, solo se conocían dos tipos, la de Baird y la de Arnoux.
Investigadores desconcertados
"Es algo muy importante. Los descubrimientos de nuevas especies de grandes mamíferos son excepcionalmente raros. No sucede muy a menudo", explicó Paul Wade, biólogo de la Administración Laboratorio Nacional de Mamíferos Marinos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés) de EE.UU.
Por su parte, el genetista molecular del NOAA, Phillip Morin, agregó: "No sabemos cuántos hay o dónde se pueden encontrar normalmente. No sabemos nada, pero vamos a empezar a investigarlo". Tanto es lo que deben averiguar sobre esta nueva especie, que los investigadores aún no vieron ningún espécimen vivo e, incluso, todavía no le pusieron nombre.