Las pruebas se llevaron a cabo en el Centro de Investigación Glenn de la NASA en Cleveland, EE.UU.
La serie de pruebas sirvió para demostrar las posibilidades del diseño y de la fabricación de un motor de cohete creado utilizando la tecnología de fabricación de fusión selectiva por láser, un método que emplea rayos láser de alta potencia para fundir y fusionar polvos metálicos finos y moldearlos en estructuras tridimensionales.
"La NASA reconoce que en la Tierra y potencialmente en el espacio, la fabricación 3D puede cambiar las reglas del juego en favor de las nuevas oportunidades para una misión espacial, con la reducción significativa del tiempo de producción y del costo de las herramientas, las piezas de los motores e incluso de las naves espaciales", explica Michael Gazarik, administrador asociado de la tecnología espacial de la NASA en Washington.
Según los expertos, para fabricar los motores de inyección por métodos tradicionales se necesitaría más de un año, pero con esta nueva tecnología el proceso duraría menos de cuatro meses, con una reducción del 70% del costo.