Sin embargo, no solo las reproduce, sino que también es capaz de analizar su propio proceso: luego de cada trazo toma una foto de su obra y calcula donde debe ir el siguiente trazo sobre el lienzo, por lo que no se puede considerar el 'pintor' más rápido del mundo. Los creadores creen que este enfoque iterativo ayudará a una mejor comprensión de la forma en la que los artistas visualizan y generan una obra maestra.
"Nuestra hipótesis es que la pintura, por lo menos la parte técnica, se puede ver como un proceso de optimización en el que el color se distribuye de forma manual en un lienzo hasta que el pintor es capaz de reconocer el contenido, sin importar si se trata de una pintura representativa o no", explican los científicos en su publicación.
Además aseguraron que e-David "nos permitirá centrar el proceso de elaboración de una pintura en un marco de optimización. Esto nos permitirá investigar los sistemas humanos de optimización y saber hasta qué punto estos se pueden formular utilizando algoritmos".