El experimento, que ha sido publicado por la revista 'Neuron Cell Press', pretende demostrar que las ratas expuestas a la nicotina buscaban con mayor frecuencia consumir alcohol que los roedores que no se encontraban en ese ambiente en el laboratorio. Como punto de partida los investigadores se propusieron entender cómo la dopamina, una hormona que cumple funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central, responde a esa relación.
Los autores del estudio, investigadores del Baylor College de Medicina, en EE.UU., argumentan que incluso una corta exposición a la nicotina afecta temporalmente al funcionamiento del sistema de recompensa del cerebro, ya que —dicen— unos bajos niveles de dopamina provocan posteriormente que aumenten las ganas de beber alcohol.
Así, los especialistas descubrieron que la señalización del sistema de recompensa del cerebro se veía reducida cuando los roedores expuestos a la nicotina consumían alcohol. Esta disminución respondía a dos mecanismos: la activación inicial de los receptores de la hormona del estrés (dopamina) y un aumento posterior en la señalización inhibitoria en el cerebro.
Ambos procesos, dicen los investigadores, impulsan a las ratas a consumir alcohol después de una exposición a la nicotina. Según los autores del estudio, el uso de la nicotina en la adolescencia puede causar problemas con el alcohol en el futuro, por lo que recomiendan prevenir el tabaquismo entre los jóvenes.