Kuchucho, también conocida como "raíz de la longevidad", es una planta silvestre y comestible oriunda de Perú de tres a seis centímetros de largo en promedio. Se consume tanto fresca como seca. Tiene una consistencia parecida a la nuez y un sabor dulce. Crece en las riberas de lagos y lagunas de la Sierra, por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Está presente también en humedales alto andinos y en las zonas de los manantiales. Está localizada, por ejemplo, en los lagos Titicaca (Puno), Parinacochas (Ayacucho) y Chinchaycocha (Junín), entre otros.
A pesar de que los residentes de los hábitats naturales de la raíz conocían sus propiedades desde hace siglos, la comunidad científica no se dedicó a estudiar la planta hasta hace unos años comentó Vidal Villagómez, jefe del Programa de Tubérculos y Raíces Reservantes de la Unalm, a la agencia peruana de noticias Andina. Según el agrónomo, su análisis ha mostrado que la raíz de la longevidad contiene una elevada concentración de almidón de alta calidad, mayor cantidad de proteínas que los cereales, el doble de calcio que la leche y cuatro veces más fósforo que otros alimentos.
Villagómez detalla que la conclusión que sacó su equipo sobre el impacto que el kuchucho tiene sobre la longevidad se basa en el estudio de los pobladores de las pampas de Ilave del distrito de Pilcuyo (departamento de Puno), donde fueron registrados numerosos casos "superiores al centenario de vida". La raíz es una parte esencial de la dieta diaria de los autóctonos, acentuó. Comentó, además, que la planta puede servir también como fuerte afrodisíaco y revitaliza la actividad sexual de personas de edad avanzada.
Actualmente los especialistas están cultivando el kuchucho en los campos experimentales de la Unalm. Su objetivo es obtener un rendimiento que permita su cultivo masivo.