Ciencias
"Las frambuesas tienen sabor azul": un hombre siente el gusto de los colores
Una congestión cerebral que sufrió un hombre de Toronto le dejó un efecto rarísimo: sus sentidos se mezclan, haciéndole percibir el sabor de los colores, ver los olores y sentir la música con el cuerpo.
Su condición se llama sinestesia. Es la interferencia de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un acto de percepción. Las personas que la tienen pueden oír colores, ver sonidos o percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada.
"Las frambuesas para mí tienen sabor azul", explica George, que prefiere no divulgar su nombre real. "Es un tono especial de azul y, cuando lo veo, siento el sabor de las frambuesas". Algunos colores le pueden hacer sentir irritación y producirle náuseas, oír música puede provocarle sensaciones extraordinarias. Por ejemplo, el tema musical de James Bond le hace sentir euforia: "Es como volar sobre las bandas de sonidos a través del cosmos a la velocidad de la luz".
La primera vez que George se dio cuenta de que le pasaba algo extraño fue cuando vio por la televisión la ceremonia de apertura de los JJ.OO. en Pekín. El espectáculo de la Ópera de Pekín le envió a otro mundo: "No solo oía la música, la sentía pasar por mí. Después sentí algo aún más raro: fue como si estuviera allí dentro, volando en el aire por encima del estadio".
George es la segunda persona del mundo que la desarrolló después de una congestión, según los doctores del hospital St.Michael en Toronto, que examinaron su caso y publicaron los resultados en la última edición de la revista 'Neurology'. Pero es el único que puede experimentar varios sentidos a la vez, y el único que puede controlar los sentidos y bloquearlos cuando quiera. "Si no pudiera controlarlo, sería un horror", admite.
Gracias a su capacidad para controlar su condición, George ha aprendido a vivir confortablemente con ella y a disfrutarla, aunque al principio, como todos los sinestésicos, pensó que se estaba volviendo loco. "No me gustó nada tener la congestión, y además me quedé con un brazo que no responde muy bien", dice. "Pero si pudiera recobrar mi estado de salud anterior a costa de perder la sinestesia, no querría".
Es como volar a través del espacio
"Las frambuesas para mí tienen sabor azul", explica George, que prefiere no divulgar su nombre real. "Es un tono especial de azul y, cuando lo veo, siento el sabor de las frambuesas". Algunos colores le pueden hacer sentir irritación y producirle náuseas, oír música puede provocarle sensaciones extraordinarias. Por ejemplo, el tema musical de James Bond le hace sentir euforia: "Es como volar sobre las bandas de sonidos a través del cosmos a la velocidad de la luz".
La primera vez que George se dio cuenta de que le pasaba algo extraño fue cuando vio por la televisión la ceremonia de apertura de los JJ.OO. en Pekín. El espectáculo de la Ópera de Pekín le envió a otro mundo: "No solo oía la música, la sentía pasar por mí. Después sentí algo aún más raro: fue como si estuviera allí dentro, volando en el aire por encima del estadio".
Un proceso anormal
La congestión afectó el tálamo de George, la parte del cerebro que funciona como un nodo que conecta varias parte cerebrales, explica Tom Schweizer, su neurólogo. Después de las congestiones o traumas el cerebro se recupera creando nuevas conexiones entre sus partes. Pero como en el caso de George el tálamo fue lo que estaba dañado, es probable que el proceso de recuperación resultara anormal y se hayan conectado partes cerebrales que normalmente nunca tienen conexión directa.El único
La sinestesia es una condición genética que tiene un 4% de los humanos. Algunos sinestésicos son el cantante Billy Joel, el compositor húngaro Franz Liszt y el escritor ruso Vladímir Nabókov.Si no pudiera controlarlo, sería un horror
George es la segunda persona del mundo que la desarrolló después de una congestión, según los doctores del hospital St.Michael en Toronto, que examinaron su caso y publicaron los resultados en la última edición de la revista 'Neurology'. Pero es el único que puede experimentar varios sentidos a la vez, y el único que puede controlar los sentidos y bloquearlos cuando quiera. "Si no pudiera controlarlo, sería un horror", admite.
Gracias a su capacidad para controlar su condición, George ha aprendido a vivir confortablemente con ella y a disfrutarla, aunque al principio, como todos los sinestésicos, pensó que se estaba volviendo loco. "No me gustó nada tener la congestión, y además me quedé con un brazo que no responde muy bien", dice. "Pero si pudiera recobrar mi estado de salud anterior a costa de perder la sinestesia, no querría".
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