Así lo revela un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Exeter (Reino Unido) publicado en la revista 'Environmental International' que establece una correlación entre el nivel de ingresos y la presencia de 18 sustancias tóxicas.
Los investigadores descubrieron que las personas de clases más altas tienen niveles más altos de mercurio, arsénico y benzofenona-3. Según ellos, la presencia de los dos primeros se deriva de un mayor consumo de mariscos y pescados, mientras que el tercer producto químico probablemente está motivada por el uso de protectores solares.
Los perfiles químicos de las personas de nivel socioeconómico más bajo son completamente diferentes. Sus cuerpos contienen plomo, cadmio y diferentes tipos de plásticos. Estos productos químicos pueden provenir del humo de cigarrillo, pero también de una mala alimentación.
Según la coautora del estudio, Jessica Tyrrell, el estudio completa "la hipótesis de la justicia ambiental convencional, que establece que el nivel socioeconómico más bajo llevará a una mayor prevalencia de elementos nocivos en el cuerpo".