Dime qué toxinas generas y te diré cuánto dinero tienes

Un sorprendente estudio revela que tanto ricos como pobres de EE.UU. tienen en su interior toxinas de productos químicos, pero mientras la acumulación de estas en el cuerpo afecta a ambos por igual, el tipo de toxina varía según el nivel económico.
Así, las personas que pueden permitirse el lujo de comer con regularidad sushi, caviar y otras fuentes de proteína magra acuática no sólo lo notan en su bolsillo, sino en sus cuerpos, pues presentan una mayor acumulación de metales pesados, según Jessica Tyrrell, investigadora de la Universidad de Exeter, Reino Unido, y autora del estudio.

La contaminación de los ricos


Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de EE.UU., Tyrrell encontró que en comparación con los más pobres, los ricos tenían niveles más altos de mercurio, arsénico, cesio y talio, todos ellos tendentes a acumularse en el pescado y el marisco.

Los ricos también presentaban niveles más altos de benzofenona-3, también conocido como oxibenzona, un ingrediente activo en la mayoría de los protectores solares, que está siendo investigado por la UE y que, según sostienen algunos expertos, en realidad podría favorecer el cáncer de piel.

Asimismo, investigaciones anteriores demostraron que los estadounidenses ricos son más propensos a comer frutas y verduras y menos dados a ingerir comida rápida y 'snacks'.

Plástico y cigarrillos, toxinas de los pobres


Por su parte, según el estudio, los pobres de EE.UU. tienen toxinas asociadas con la exposición a los plásticos y al humo del tabaco.

Las tasas más altas de consumo de tabaco entre las personas de bajos recursos parecen estar asociadas con los mayores niveles de plomo y cadmio. Los estadounidenses pobres también presentaban niveles más altos de bisfenol A, una sustancia utilizada para revestir latas y otros envases de alimentos, y que está prohibida en la Unión Europea, Malasia, Sudáfrica, China y en los biberones de EE.UU.