Los investigadores cogieron material de una compañía tostadora de café portuguesa y lo secaron. Luego lo calentaron en el agua a 163 ºC por 45 minutos, lo separaron del líquido y le añadieron azúcar. Después el equipo lo mezcló con levadura, lo dejó fermentar y lo concentró para obtener un nivel de alcohol más alto (la misma tecnología se utiliza para hacer whisky o ron). ¡Y ya! El café usado ha producido una nueva bebida alcohólica que tiene un 40% de etanol. ¿Y la cafeína?, pues desaparece en medio del proceso.
Los científicos han llamado a su creación 'bebida espirituosa de café utilizado'. En una cata los profesionales calificaron el gusto de ese producto como agradable, con olor y sabor a café, pero algo más amargo y picante.