Ciencias
Video: Un robot que puede expresar los sentimientos del moho
El moho mucilagonoso controla las expresiones faciales de un robot en un nuevo experimento científico que estudia las capacidades de esta forma de vida.
Los científicos de la Universidad del Oeste de Inglaterra (University of the West of England), en Bristol, programaron el androide para responder a las señales eléctricas producidas por el moho mucilaginoso (o moho del fango) cuando se mueve hacia el alimento o reacciona a la luz.
Para ello lo colocaron sobre un campo de electrodos que capturaban las señales eléctricas emitidas por la comunicación de todas las células. Las señales capturadas se convirtieron en sonido y se aplicaron al funcionamiento de la cabeza del robot para presentar las reacciones de manera más evidente.
Traduciendo las señales en expresiones faciales, el robot sonríe cuando el moho se prepara para comer y pone cara de disgusto cuando el organismo es molestado por la luz.
El moho del fango es un organismo curioso, creen los científicos. Es uno de los organismos más primitivos que se pueden estudiar, señala Ella Gale, que encabezó el experimento. Aunque no tiene cerebro, en algunos experimentos ha demostrado que posee cierto tipo de inteligencia, al menos la suficiente para encontrar la ruta más rápida en un laberinto y llegar a su alimento. Sus capacidades curiosas podrían permitir usarlo en la construccion de biocomputadoras, escribe el periódico 'New Scientist'.
Los resultados del experimento fueron presentados en la conferencia 'Living Machines', que tuvo lugar en el Reino Unido a principios de agosto.
Para ello lo colocaron sobre un campo de electrodos que capturaban las señales eléctricas emitidas por la comunicación de todas las células. Las señales capturadas se convirtieron en sonido y se aplicaron al funcionamiento de la cabeza del robot para presentar las reacciones de manera más evidente.
Traduciendo las señales en expresiones faciales, el robot sonríe cuando el moho se prepara para comer y pone cara de disgusto cuando el organismo es molestado por la luz.
El moho del fango es un organismo curioso, creen los científicos. Es uno de los organismos más primitivos que se pueden estudiar, señala Ella Gale, que encabezó el experimento. Aunque no tiene cerebro, en algunos experimentos ha demostrado que posee cierto tipo de inteligencia, al menos la suficiente para encontrar la ruta más rápida en un laberinto y llegar a su alimento. Sus capacidades curiosas podrían permitir usarlo en la construccion de biocomputadoras, escribe el periódico 'New Scientist'.
Los resultados del experimento fueron presentados en la conferencia 'Living Machines', que tuvo lugar en el Reino Unido a principios de agosto.
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