Como detallan los investigadores en la revista 'MIT Technology Review', se trata de una cadena de átomos de carbono unidos bien por enlaces triples y simples alternados o por enlaces dobles consecutivos.
Según una compleja modelación matemática, que se basa las propiedades cuánticas básicas del enlace químico, la rigidez (característica de resistencia a la tracción) del carbino supera en dos veces las propiedades similares de los materiales más duros ya conocido, como el grafeno y los nanotubos de carbono.
El carbino también resulta más duro que el grafeno, que se suponía que era el material más duro del mundo. Entre las propiedades del carbino destaca su flexibilidad, que se encuentra entre la de un polímero típico y el ADN de doble cadena. Cuando se lo retuerce, se puede girar libremente o ponerse rígido en la torsión dependiendo del grupo químico unido a este.
Estos cálculos pueden ser el primer paso para empezar a crear este súper material de forma estable y en grandes cantidades. Las principales resistencias que afronta consisten en que los científicos no se ponen de acuerdo sobre si este material se ha creado o no un laboratorio y en que algunos ponen en duda la estabilidad de este material, pues unos químicos han calculado que dos cadenas de carbino unidas podrían resultar en una reacción explosiva.