Los investigadores han llegado a esta conclusión a raíz del descubrimiento de los esqueletos de 24 personas en una fosa común de 1.400 años de antigüedad en la ciudad maya de Uxul, en México, informa la revista 'Science 2.0'.
Los esqueletos no conservaban su forma anatómica, ya que los cráneos no estaban unidos al resto del cuerpo y la mayoría de las mandíbulas habían sido desprendidas de los cráneos, lo que sugiere que los cadáveres fueron decapitados y descuartizados, explica el arqueólogo Nicolaus Seefeld.
Debido a que los esqueletos estaban cubiertos de arcilla, los huesos se han conservado muy bien, tanto que fue posible distinguir la edad y el sexo de 15 de 24 individuos, que resultaron ser 13 hombres y dos mujeres de entre 18 y 24 años. El análisis de los dientes y de los huesos mostró que varios de los fallecidos sufrieron desnutrición y que habían perdido varios dientes por caries.
No obstante, aún no está claro si eran prisioneros de guerra de otra ciudad maya que fueron sacrificados en Uxul o nobles del mismo Uxul. Los investigadoras esperan resolver el misterio gracias a un análisis de isotopos.