Criónica: mirar a la muerte con sangre fría

Conservar el cuerpo mediante frío después de la muerte ahora no es solo un tema para películas, programas y narrativa de ficción: hoy en día casi todos pueden permitírselo gracias al seguro de vida, no solo millonarios y celebridades excéntricos.
La criónica —tecnología que permite preservar el cuerpo (o, en algunos casos, solo la cabeza) que la medicina actual no puede mantener con vida, con la esperanza de que sea posible 'resucitarlo' algún día— hoy en día está disponible para más gente, según informa el diario británico 'The Guardian'.
 
Actualmente muchas personas de todo el mundo, especialmente de Estados Unidos y del Reino Unido, se están moviendo a favor de la criónica, que llaman "una segunda oportunidad de vivir". En EE.UU. existe incluso el Instituto de Criónica (Cryonics Institute), donde más de cien personas están ahora en 'suspensión criogénica' en sus instalaciones de Michigan.
 
Y hoy en día es más fácil unirse a personas célebres en esta llamada 'ambulancia hacia el futuro' aunque uno no tenga sus millones. Hay asistentes financieros para ayudar a escoger un seguro de vida que paque también el proceso criogénico. El precio varía enormemente: el pago mínimo al Instituto de Criónica es 28.000 dólares, a los que hay que añadir el precio para supervisar el momento de la muerte y después preparar el cuerpo para su envío a EE.UU. Otras empresas como, por ejemplo, Alcor, demandan el pago mínimo de 80.000 dólares (solo por la cabeza) o 200.000 dólares (por todo el cuerpo). Una compañía rusa llamada KrioRus, con sede en Moscú, ofrece sus servicios por 12.000 dólares.
 
El medio más fácil de pagar es mediante un seguro de vida cuya cantidad aumente con el paso de años. "Hasta las personas con pequeños ingresos pueden permitirse la preservación criogénica con seguro de vida, especialmente si compran la póliza en la juventud", admite Victoria Stevens, una estudiante de ciencias naturales de Whitby, Reino Unido.
 
Además, Stevens es miembro de Cryonics UK, una organización con su propia ambulancia y equipo especial cuyo objetivo es llegar en el momento de la muerte para preparar el cuerpo enfriándolo e inyectando algunos fluidos especiales antes de enviarlo al almacén criogénico. Pero no está claro que pasaría si un pariente próximo protestase contra el proceso.

Mientras unos están obsesionados por una oportunidad de prolongar la vida, otros piensan que la criónica no es más que un fraude o engaño. La comedia estadounidense 'El dormilón', de Woody Allen, donde el dueño de una tienda es congelado mediante el proceso criogénico y descongelado en 2173, no inspira entusiasmo en los admiradores de la tecnología criogénica. Entre otros escépticos está el escritor norteamericano Michael Shermer, que escribió hace unos años que la criónica es "muy parecida a la religión: promete todo pero no da nada (solo esperanza) y se basa totalmente en la fe en el futuro (…). No es imposible que la criónica sea un éxito; solo es poco probable".