Los científicos tailandeses no han podido dar con una explicación plausible de este fenómeno. Ya en 2003 un equipo de científicos del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Tailandia solo pudo apuntar la hipótesis de que estos fuegos serían el resultado de la ignición de gases de metano y nitrógeno originados por bacterias en el fondo del río. Estos gases, según el informe del Ministerio, se inflamarían al entrar en contacto con el oxígeno en circunstancias muy concretas de temperatura y humedad.
Otros estudios indican que se trata de gases como el fosfano y difosfano, gases incoloros que explotan a temperatura ambiente, aunque algunos científicos, como el profesor Jessada Denduangboripant, de la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok, piensan que es un fenómeno creado por el hombre.
En 2002 un equipo del canal de televisión tailandés iTV emitió un programa en el que mostraba cómo soldados laosianos disparaban con pistolas de bengalas que los tailandeses, en la otra orilla, ovacionaban al pensar que eran las burbujas ígneas. No obstante, el embajador laosiano en Bangkok, Hiem Phommachanh, criticó al canal de televisión y rechazó que el fenómeno sea artificial.
Mientras los científicos buscan respuestas, muchos locales relacionan el fenómeno, que coincide con el fin del Vassa —también conocido como la cuaresma budista, en la que los monjes se retiran a sus templos durante la época del monzón— con la serpiente mitológica Naga. Algunas fuentes populares señalan que Naga lanza las bolas incandescentes para saludar a Buda en su visita a la Tierra al finalizar el Vassa, que dura unos tres meses, entre julio y octubre, en función del calendario lunar.