"Hoy en día la tecnología ha evolucionado hasta el punto de que podemos aprender mucho más acerca de las supernovas, y sería mejor todavía si tuviéramos la oportunidad de observar su explosión en nuestra galaxia empleando todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición", dice Christopher Kochanek de la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus (estado de Ohio, EE.UU.). De este modo, el fenómeno podría permitir a los astrónomos estudiar las ondas gravitatorias de una supernova, informa el portal Guardian Express.
Según el artículo publicado en la revista 'Astrophysical Journal' la posibilidad de observar el fenómeno en el rango de luz infrarroja es de casi el 100% mientras que la probabilidad de percibirla en el rango visible se reduce hasta el 20%.
Los científicos creen que las supernovas explotan en nuestra galaxia una o dos veces cada 100 años, mientras que en otras galaxias esto sucede cada pocos días. Verlo directamente no es fácil, ya que en el rango visible lo impiden las pequeñas partículas de polvo, que no afectan en modo alguno a las observaciones en el rango infrarrojo.
Los astrónomos planean capturar el momento justo del fenómeno con un detector de neutrinos, que la supernova emite desde el comienzo de la explosión, mientras que percibir el estallido en el rango de la luz infrarroja o visible es algo que puede llevar minutos, horas o incluso días.
Sin embargo, los neutrinos no solo lo emiten las supernovas, sino también el Sol y los reactores nucleares, algo que puede complicar el proceso de observación. De acuerdo con los científicos, para la detección de los neutrinos de la supernova se utilizará el detector japonés Super-Kamiokande, lo suficientemente grande y potente como para determinar también la dirección desde la cual llegan las partículas.