Según 'The Independent', la técnica CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, por sus siglas en inglés) podría revolucionar la terapia génica humana y la ingeniería genética, ya que por primera vez permite a los científicos hacer los mejores cambios de cromosomas en el ADN
con una relativa facilidad. Esta tecnología da tantas posibilidades y abre tantos horizontes que los científicos han llamado a un debate público sobre el CRISPR.
El nuevo método puede 'editar' los genes cambiando el 'texto genético' del ADN y sin causar cualquier tipo de mutaciones no deseadas. Los genéticos comparan este método con la corrección de un texto con errores de ortografía. Se cree que el CRISPR no solo permitirá eliminar genes defectuosos en un embrión, sino manipular o editar genomas de plantas y animales.
La técnica funciona mediante el uso de una molécula de ARN guía que puede ser programada para que coincida con cualquier secuencia de ADN única en el genoma humano. La molécula se une a una enzima especial que corta ambas cadenas de la doble hélice del ADN. Una vez hecho esto, el ADN copiado se inserta en la doble hélice del ADN defectuoso y se elimina.
De hecho, la técnica no es nueva, las repeticiones en las secuencias de ADN, al que se refiere el título del método, fueron descubiertas en 1987, y las capacidades de la nueva tecnología fueron demostradas por primera vez por un grupo de genetistas de EE.UU. en 2012. Desde entonces, la técnica CRISPR ha sido estudiada intensamente y ha evolucionado.
La terapia génica en espermatozoides, huevos o embriones para eliminar enfermedades hereditarias altera el ADN de todas las generaciones posteriores, pero se teme por su seguridad y la perspectiva de los llamados 'bebés diseñados'. "Es demasiado pronto para pensar en modificar embriones humanos con estas tecnologías", dijo George Church. "Esto, por supuesto, debería ser ilegal en Reino Unido y en otros países".
Los principales científicos del mundo subrayan el enorme potencial terapéutico del nuevo método, pero advierten que antes de empezar a aplicarlo hace falta demostrar de manera concluyente su eficacia y probar que no hay efectos adversos graves.