Cuando esté terminado, el SeaOrbiter se convertirá en el primer laboratorio marino donde los investigadores podrán permanecer durante largos períodos de tiempo.
El proyecto, en el que se han invertido de 43 millones de dólares, es el resultado de un proceso de investigación y de diseño desarrollado durante 30 años. Creado por el arquitecto Jacques Rougerie con ayuda de expertos como Jean-Michel Cousteau y el ex jefe de la NASA, Daniel Goldin, el buque tendrá una tripulación de hasta 22 personas. Su primer viaje será a Mónaco, donde Rougerie espera que los investigadores recaben nuevos detalles acerca de las vastas áreas submarinas.
"El SeaOrbiter es la síntesis de todo lo que hemos sido capaces de hacer en el mar: es un hábitat que se mueve y un punto de partida dinámico para la investigación y la exploración submarina. No va a sustituir a los barcos oceanográficos o submarinos de exploración. En cambio, es otra manera de explorar y comprender mejor el universo bajo el agua y llevar la vida humana en el mar a otro nivel, durante períodos más largos, 24 horas al día, 7 días a la semana", sostiene Rougerie.