El Departamento del Gobierno de Canadá responsable de coordinar las políticas y programas ambientales en el país había concedido a la empresa de biotecnología estadounidense AquaBounty Technologies el permiso para exportar hasta 100.000 huevos de peces transgénicos al año de un criadero en la isla canadiense de Prince Edward a la selva panameña, donde se criarán hasta su estado adulto, conveniente para la venta, informa 'The Guardian'.
De acuerdo con los medios locales, la aprobación reciente abre el camino a AquaBounty para aumentar la producción del salmón híbrido en previsión de una eventual aprobación de las autoridades estadounidenses, el principal objetivo de la empresa transgénica.
La compañía espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA por sus siglas en inglés) tome su decisión sobre la venta de salmón modificado en un futuro próximo, mientras que la empresa tiene otras 30 especies de peces transgénicos actualmente en desarrollo.
Tras aprobar la producción a escala comercial de este tipo de animal que estaría destinado a la producción de alimentos, el Gobierno canadiense, por su parte, admitió que su decisión representa un alto riesgo para el salmón salvaje del Atlántico, en caso de que algún espécimen transgénico logré escaparse y quede en libertad.
No obstante, el portavoz de Medio Ambiente de Canadá ha asegurado que no se va a permitir a corto plazo la venta o el consumo de huevos de salmón modificado genéticamente en el país.
"Hay medidas estrictas en el lugar para prevenir la liberación de este pez en la cadena alimentaria, el pescado y los huevos genéticamente modificados aún no están aprobados en Canadá para fines de consumo humano", declaró.
Sin embargo, la aprobación limitada ya representa una gran victoria para AquaBounty, que ha luchado durante 20 años para que el salmón transgénico llegue a las mesas de los consumidores. Desde hace varios años AquaBounty ha estado criando un híbrido del salmón Chinook del Pacífico y una criatura de aletas radiales llamada eelpout y diseñada para crecer el doble y mucho más rápido que un salmón tradicional, con carácter experimental.
Según la coordinadora de la Red de Acción Canadiense de Biotecnología, Lucy Sharratt, la decisión del Gobierno de Canadá de la semana pasada hizo más fácil para AquaBounty avanzar hacia la producción comercial del pez transgénico a gran escala.
"Este es un paso concreto que nos acerca a la realidad de tener a peces modificados genéticamente en nuestros platos y por desgracia, es un paso realmente dramático", advirtió Sharratt. "Es una primicia mundial, y tiene un potencial impacto global significativo para nuestro medio ambiente y desastroso para nuestros ecosistemas acuáticos", añadió.
Para que el producto entre en el mercado AquaBounty aún debe obtener varios permisos más por parte de los dos países norteamericanos. Sin embargo, la decisión tomada por las autoridades canadienses es el primer caso para la aprobación de la producción a escala comercial de un animal modificado genéticamente.