ISON, bautizado como 'el cometa del siglo', se está acercando al Sol y ahora se puede ver desde la Tierra, incluso a simple vista. El 28 de noviembre debe
suceder un momento crítico: alcanzará el perihelio, el punto más cercano al Sol, que decidirá su destino: seguir existiendo o morir. Sin embargo, Michal Drahu, del Insituto de Tecnología de California (EE.UU.), asegura que el cometa ya podría haber desaparecido.
"Estamos observando que las líneas del espectro de emisión atómica han palidecido rápida y constantemente entre el 21 y el 25 de noviembre, en, al menos, 20 veces. En el mejor de los casos, esto puede indicar que el núcleo está marginalmente activo o… que ya no existe", afirmó Drahus, apelando a los datos obtenidos gracias al Observatorio Nacional de Radio Astronomía de EE.UU. y a la información de sus colegas españoles del Instituto de Radioastronomía Milimétrica.
Las líneas del espectro de emisión atómica son las emisiones de las moléculas del agua que se evaporan del núcleo del cometa. Si el nivel de las emisiones cae drásticamente, esto supone que el núcleo no cuenta con más recursos de compuestos volátiles o que ya no existe como conjunto.
La destrucción del núcleo no es un fenómeno que pueda detectarse rápidamente. La velocidad del alejamiento de los fragmentos no suele superar los 100 kilómetros por hora, con lo cual la desintegración del ISON sería visible solo unos días después de superar el perihelio.