Este cuerpo celeste fue descubierto el 7 de septiembre por el astrónomo aficionado australiano Terry Lovejoy, conocido por detectar otro cometa que recibió su nombre, el C/2011 W3 Lovejoy, y que rozó el Sol en otoño del año 2011. En aquel entonces, su tamaño le permitió sobrevivir a la cercanía con nuestra estrella, pero unos días después de salir de la corona solar, Lovejoy se destruyó por los daños causados sobre él por la gravedad solar.
Según indican miembros de la Asociación Astronómica de España citados por el periódico ABC, su ‘hermano’, el cometa C/2013 R1 Lovejoy, desde el momento de su detección en septiembre se ha estado acercando al Sol y a la Tierra aumentando rápidamente su brillo y ahora puede observarse en el cielo a simple vista sin ninguna ayuda óptica.
Se prevé que el cometa alcance su máximo brillo esta misma semana, el próximo 29 de noviembre, y superará hasta la luminosidad del cometa ISON. El C/2013 R1 Lovejoy será más visible antes del amanecer y se podrá observar muy cerca de la cola de la conocida constelación de la Osa Mayor.
A diferencia del ISON, que cuenta con una cola mucho mayor, el cometa Lovejoy de momento no ha desarrollado una larga cola. El cometa llegará a su perihelio, el punto más cercano al Sol, el próximo 22 de diciembre y pasará a una distancia de 120 millones de kilómetros de nuestra estrella.
Asimismo, los científicos señalan que mientras el ISON tiene una órbita abierta y podría llegar a otras estrellas y planetas, la órbita del C/2013 R1 Lovejoy está cerrada en torno al Sol, ya que se considera un cometa periódico.