Video, Fotos: Primer trasplante de un corazón artificial

Médicos franceses lograron trasplantar exitosamente por primera vez un corazón artificial hecho de tejidos biológicos que funciona de forma autónoma.
Desde la década de los 80 se han implantado dispositivos artificiales en el corazón quirúrgicamente. Sin embargo, ningún dispositivo ha sido capaz de sustituir el corazón humano de manera tan eficaz como los corazones biológicos. Recientemente, se han logrado importantes avances con la adición de material biológico a dispositivos artificiales para el corazón.
 
 


En 2008 la empresa francesa Carmat presentó una revolucionaria prótesis como una solución a "decenas de miles" de pacientes con insuficiencias cardiacas y que no tenían acceso a un donante natural. Se trata de un nuevo corazón artificial que utiliza tejido de bovino en aquellas zonas que tienen contacto directo con la sangre, para evitar así problemas como la coagulación.
 
Pero hasta septiembre pasado la empresa no tuvo el permiso de las autoridades sanitarias francesas para proceder al primer implante en un ser humano. Finalmente se lo otorgaron y el pasado miércoles la operación se llevó a cabo exitosamente en el hospital Georges Pompidou de París. El paciente está bajo vigilancia, se siente bien y ya se comunica con su familia, informó la empresa Carmat, que desarrolló este corazón único.

 
 
Sin embargo, de momento se ha pedido prudencia sobre los resultados de este primer implante ya que "sería prematuro sacar conclusiones cuando se trata de un único trasplante y porque el periodo postoperatorio es todavía muy corto", según el director de Carmat, Marcello Conviti.
 


El corazón implantado genera una circulación sanguínea de forma autónoma a nivel fisiológico. La prótesis está desarrollada a partir de los componentes, a menudo de origen animal, de las válvulas cardiacas concebidas por el profesor Alain Carpentier, cofundador de Carmat. El período de funcionamiento de este corazón es como mínimo cinco años sin interrupciones.



Gracias a sus tejidos biológicos y a su concepción autónoma, el corazón resuelve, según sus creadores, los principales problemas a los que se enfrentan las prótesis cardiacas artificiales ya que al contacto con materiales artificiales, la sangre crea coágulos de sangre que multiplican los riesgos de accidentes cardiovasculares.
 
El corazón, resultado de minucioso trabajo de los científicos durante 15 años, tiene sensores electrónicos y un complejo sistema electromecánico que detectan la posición en la que se encuentra el paciente, la presión venosa y arterial. En la construcción de la prótesis, además de los médicos, participaron ingenieros del consorcio aeronáutico europeo EADS, propietario del fabricante de aviones Airbus. Mientras que algunas partes del corazón artificial están hechas de tejidos orgánicos y biológicos, otras son de materiales utilizados en la industria aérea.