¿Se ha descubierto el secreto del acero "bulat"?

Desde tiempos remotos, todos los guerreros y hombres “fuertes” soñaban con poseer armas blancas hechas de acero llamado “bulat” (del persa pulad, acero). Se consideraba que una espada de bulat podía fácilmente partir cualquiera otra; así de duras y flexibles eran. A pesar de que no existen fuente

Desde tiempos remotos, todos los guerreros y hombres “fuertes” soñaban con poseer armas blancas hechas de acero llamado “bulat” (del persa pulad, acero). Se consideraba que una espada de bulat podía fácilmente partir cualquiera otra; así de duras y flexibles eran. A pesar de que no existen fuentes documentadas que enlacen las fuentes de este acero con Persia, es muy posible que el proceso de elaboración de éste haya tenido influencias del acero "woods", de origen indio.

Este metal de la India se importaba a varios países del Este y de allí llegaba a Rusia ya en la forma de productos terminados. Empero, con el tiempo se truncó la tradición de heredar la tecnología de su producción y sus secretos cayeron en el olvido debido a la creciente expansión de las armas de fuego. Muchos metalúrgicos europeos intentaron —en vano— restablecer el secreto perdido (quizá el intento más famoso fue llevado a cabo por el famoso químico y físico inglés Michael Faraday, hijo de herrero, por cierto).

Pero hubo una excepción. A mediados del siglo XIX el secreto fue redescubierto por el conocido metalúrgico e ingeniero militar ruso Pavel Anosov, o posiblemente se trate de un invento de otra tecnología de su fabricación, puesto que la tecnología exacta india se desconoce hasta ahora. De todas maneras, Anosov pudo crear hojas de prestaciones semejantes a las espadas de acero woods indio.



Pavel Anosov entró como cadete en la Escuela Minera de San Petersburgo en 1810, lugar donde el acero de Damasco de las espadas antiguas se enseñaba en cajas de muestras. Ya por aquel entonces se empezó a entusiasmar con el mundo de los metales. En noviembre de 1817 fue destinado a las factorías militares de la ciudad de Zlatoust, en la región minera al sur de los montes Urales, lugar donde llegaría a ser ascendido al cargo de inspector del "Departamento de Decoración de Armas".

En 1833 Anosov pudo obtener un verdadero bulat tras 5 años de arduos experimentos. Resultó que el secreto no era la composición del acero mismo, sino de algunas peculiaridades tecnológicas.

Cuando los herreros alemanes de la ciudad de Zolingen pusieron en tela de juicio las cualidades de las hojas de Anosov, se organizó una prueba comparativa que pusiera de relieve la superioridad del acero de Anosov; el sable Anosov partió en dos al sable recto alemán. En 1941 el armero publicó su famoso libro “Sobre los bulates” resumiendo sus estudios.

Se sabe que Anosov hizo más de veinte hojas y muchos cuchillos de bulat ruso, pero el paradero de la mayoría de ellos se desconoce. Esperemos que no estén perdidos y se mantengan en algunas colecciones privadas.

Curiosamente, y no obstante la descripción detallada de los trabajos que dejó, hasta ahora no se ha logrado reproducir cuchillas como las de Anosov y por ello se considera que el secreto otra vez está por perdido.

Hace poco, la solución a este problema interesó a los científicos quienes incluso cuestionaron la misma existencia del antiguo bulat y de sus legendarias peculiaridades.

Igor Taganov, doctor en ciencias técnicas y miembro de la Sociedad Geográfica Rusa, tras concluir varias expediciones a India e Irán llevó a Rusia muestras de cuchillas de bulat antiguo y los entregó para un estudio detallado al laboratorio de procesamiento plástico de metales de la Universidad Politécnica de San Petersburgo.

El investigador de esta cátedra, Vasili Mishin, puso redescubrir el secreto del acero bulat e incluso reproducirlo.

El análisis químico espectral realizado reveló que el acero bulat presenta una aleación de aceros de alto contenido de carbono que les proporcionan una altísima dureza, de bajo contenido de carbono (así llamados “blandos”, pero de altas prestaciones de elasticidad) y aceros de alto contenido de níquel, que confiere mayor viscosidad a la aleación, dispersas de modo muy equitativo a lo largo de la hoja de la cuchilla y creando así el conocido efecto de “microsierra”.

Para lograr este efecto los científicos tuvieron que recurrir a muy sofisticadas manipulaciones de laboratorio y con un bajo rendimiento del producto final. La conclusión final es que la fabricación industrial del acero bulat no es rentable (por lo menos hasta que se desarrolle una tecnología más “productiva”) y es capaz de interesar sólo a herreros que atienden las necesidades de clientes ricos o historiadores.

En la actualidad existen varias hipótesis para explicar la tecnología aplicada por los herreros antiguos y muchos herreros rusos tratan de redescubrirla; algunos con bastante éxito. Pero sus cuchillas de bulat, aunque superan en cualidades a las características de todos los fabricantes conocidos, no llegan a la altura de los famosos bulates de Anosov.

A continuación les presentamos las pruebas comparativas de corte (de cuerdas envueltas en cinta adhesiva) recién realizadas a cuchillos de bulat de herreros rusos y navajas de monoaceros de algunos conocidos fabricantes. A continuación según orden de mejores resultados:

1. Herrero Igor Pampuja. Material de la cuchilla: bulat inoxidable. N.° de trozos cortados: 217
2. Herrero Igor Pampuja. Material de la cuchilla: bulat de carrbono. N.° trozos cortados: 217
3. Cuchillo: Benchmade Rant DPT. Material de la cuchilla: acero inoxidable 440C. N.º de trozos cortados: 144
4. Cuchillo: Benchmade Rant Bowie. Material de la cuchilla: N690. N.º de trozos cortados: 83
5. Cuchillo: Marttiini. Material de la cuchilla: acero de carbono. N.º de trozos cortados: 60
6. Herrero V. Petrik. Material de la cuchilla: metalocerámica. N.° de trozos cortados: 55
7. Herrero L. Arjanguelskaya. Material de la cuchilla: bulat de carbono. N.° de trozos cortados: 52



Conclusiones

Los resultados permiten concluir la superioridad del bulat ante los modernos cuchillos de monoacero de conocidas marcas. Sin embargo, la enorme diferencia de resultados entre cuchillos de bulat moderno hace pensar que además de la marca de acero, todo depende de la maestría de los herreros, sobre todo si se trata de materiales compuestos como el bulat.