Los científicos de la ESA dotaron a sus robots con unas almohadillas que imitan estos pelos, pero mucho más largas para soportar el peso del robot. Los ensayos demuestran que la almohadilla puede sobrevivir la falta de gravedad y las temperaturas cósmicas.
Abigaille podría ser útil en la Tierra también, ya que es capaz de trepar superficies verticales o techos.
Es la mejor manera de asegurar la adhesión en el espacio, porque los métodos normales para adherir cosas no funcionan bien allí. "El 'scotch', cinta adhesiva sensible a la presión juntaría polvo, reduciendo su pegajosidad con el tiempo. También liberaría vapores en condiciones de vacío, lo que es un gran problema porque podría afectar a los delicados sistemas de las naves", señala el investigador Michael Henrey, de la Universidad Simon Fraser. "El velcro requiere una superficie contraria, y los ganchos podrían contaminar el entorno de trabajo del robot. Los imanes no pueden pegarse a materiales compuestos, por ejemplo, y los campos magnéticos pueden afectar a instrumentos sensibles".
No es la primera vez que los científicos se inspiran en los insectos y reptiles para crear tecnologías espaciales. Científicos noruegos crearon un prototipo de robot-serpiente que podría ser útil en la investigación de Marte. Su alta capacidad de maniobra le permitiría alcanzar lugares a los que los exploradores como Curiosity no pueden llegar y realizar cosas que los exploradores no pueden.
La Nasa tiene el proyecto Spidernaut: un robot semejante a una araña capaz de transportar cargas de mucho peso. Otro proyecto, SpiderFab, diseñado por la empresa Tethers y apoyado y financiado por la Nasa, está destinado a imprimir en tres dimensiones y montar piezas de naves espaciales u otras estructuras en el espacio, igual que una araña teje y construye su tela.