La depresión, de tres kilómetros de profundidad y más de 300 kilómetros de longitud, es parte de una cordillera antigua, cubierta con kilómetros de hielo. En algunas partes su fondo se encuentra a unos 2 kilómetros bajo el nivel del mar.
La cuenca es tan grande que puede ser vista desde el espacio. Sin embargo es imposible percibirla de cerca, ya que está cubierta por kilómetros de glaciares.
Los investigadores se valieron de la radioglaciología (radares que penetran en el hielo) y datos obtenidos por satélites. Los radares proveyeron información precisa sobre los bordes de la cuenca, pero no aclaraban qué había entre ellos, información ha sido facilitada por los satélites.
El estudio ha sido llevado a cabo por un equipo de investigadores británicos liderado por Dr. Neil Ross de la Universidad de Newcastle, y ha sido publicado en el último número de la revista 'Geological Society of America Bulletin'.