Las observaciones han sido realizadas a través del ALMA, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, el mayor proyecto astronómico del mundo. Las imágenes mostraron que las partículas de polvo cósmico, el material del que están compuestos los planetas, están colisionando entre sí y están dando vueltas alrededor de la estrella, en forma de un anillo asimétrico. Al medir la densidad de polvo en la parte más densa del anillo, los científicos japoneses concluyeron que existe una probabilidad muy alta de que se trate de un proceso activo de formación de protoplanetas.
Cabe destacar que la zona de formación planetaria se encuentra muy lejos de la estrella central, a unas 150 unidades astronómicas (la unidad astronómica equivale a la distancia media entre la Tierra y el Sol), cinco veces más que la distancia entre Neptuno y el Sol. Es la primera evidencia en la historia de la astronomía de que los protoplanetas pueden formarse a largas distancias de sus estrellas. Anteriormente, prevalecía la hipótesis de que todos los planetas descubiertos en sistemas ya formados en órbitas inusuales, hasta a 600 unidades astronómicas de sus estrellas, no se formaron allí, sino que habían migrado.
Los científicos japoneses adelantan que su tarea ahora es seguir con las observaciones para averiguar qué tipo de cuerpos van a surgir en la órbita de HD142527. Más precisamente, deberán medir si la correlación de polvo y gas en la región es convencional, de 1:100, o si se han formado 'trampas de polvo'. En el primer caso, nacerán gigantes gaseosos. En el segundo, se formarán los cuerpos donde los materiales rocosos, y no los gases, serán la parte principal de la masa, es decir, se formarán planetas sólidos del tipo terrestre.