El pozo IDDI-1 se encuentra en Krafla, en el noreste de Islandia, cerca de uno de los volcanes más grandes del país, y genera una corriente de vapor sobrecalentado a alta presión que podría alimentar una central eléctrica que se encuentra al lado. La temperatura del vapor alcanza los 450 grados.
El equipo fue capaz de perforar el profundo pozo bombeando agua fría para romper la roca que había junto al magma, un proceso conocido como fracturación hidráulica. El proyecto batió un récord mundial por calor geotérmico y energía.
"De acuerdo con la producción medida, la potencia disponible bastaba para generar hasta 36 megavatios de electricidad, en comparación con la capacidad eléctrica instalada de 60 megavatios en la planta de energía Krafla", dicta el documento del Iceland Deep Drilling Project, un consorcio del Ministerio de Energía Nacional de Islandia y las principales compañías de energía del país.
La empresa Nacional de Energía de Islandia estaba dispuesta a conectarse a la tubería de vapor de magma, pero el pozo tuvo que ser cerrado debido al fallo de una válvula. Sin embargo, el IDDP tiene la intención de reabrirlo y también de perforar un segundo pozo (IDDD-2) en Reykjanes en los próximos años.
A pesar de que el IDDP-1 no es el primer pozo que alcanza el magma, sí es el primer sistema capaz de aprovechar el calor del manto para producir una tubería de vapor capaz de alimentar una planta de electricidad.
En 2007, la compañía Puna Geothermal Venture, que buscaba el modo de utilizar los volcanes de Hawái para producir energía geotérmica, perforó 2,5 kilometros en la Isla Grande de Hawái, y se abrió paso hasta el manto terrestre.