Según la agencia AFP, el incidente se describe como uno de los más serios en la historia del programa espacial de EE.UU. En su informe final sobre la investigación la NASA llega a la conclusión de que el incidente podría haberse evitado de haberse comprendido la gravedad del fallo la primera vez que se produjo, una semana antes.
"El traje espacial realmente sufrió el mismo fallo al término de la caminata realizada una semana antes, hecho que no fue debidamente investigado, y que podría haber impedido la puesta de un miembro de la tripulación en peligro", admitió la agencia espacial.
Cuando se produjo la primera fuga los especialistas pensaron que el líquido provenía de un recipiente con agua potable consumida por el astronauta durante la caminata, lo que no fue investigado en profundidad.
Ahora el problema se vincula con una contaminación de silicato de aluminio que atascó el ventilador de la pompa, lo que impidió una circulación normal del agua. Los especialistas siguen investigando el caso, ya que todavía no han llegado a detectar la verdadera causa de dicha contaminación.