La estrella, llamada HR 5171 A, 'vive' a unos 12.000 años luz de la Tierra, en la constelación de Centauro. Mientras la mayoría de las estrellas doradas son enanas, incluso el Sol, esta es un verdadero hipergigante con un tamaño que supera 1.300 veces el diámetro del Sol.
De hecho, no es solo el líder de los gigantes amarillos (de los cuales conocemos solo una decena en la Vía Láctea), sino que es uno de los soles más grandes que se conocen.
Además, tiene una luminosidad que es aproximadamente un millón de veces más fuerte que la del Sol, por lo que la estrella se puede ver a simple vista desde nuestro planeta.
Pero su singularidad no acaba ahí. Los astrónomos, que descubrieron la estrella gracias al telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO) en la Costa Azul (Niza), descubrieron también que el astro tiene un 'hermano': otra estrella de menor tamaño con la cual forma un sistema binario muy conectado. "Las dos estrellas están tan cerca la una de la otra que se tocan y todo el sistema parece un maní gigante", dijo Olivier Chesnau, que lideró el grupo de astrónomos.