La segunda tecnología, llamada SIAAB2, es una cápsula con otra sustancia química líquida que se activa 7 segundos antes del choque y rellena inmediatamente todo el espacio dentro del avión, transformándose en una espuma que luego se solidifica. De esta manera la espuma forma una especie de armadura alrededor de los pasajeros que les impide moverse, eludiendo así los golpes. En 30 segundos la espuma, que es inofensiva para los ojos y la piel, se esparce transformándose de nuevo en líquido.
La innovación ya fue aprobada en condiciones de laboratorio y se espera que las pruebas finales se realicen en la segunda mitad de este año en California. En caso de tener éxito, el hallazgo permitirá salvar centenas de vidas que se pierden en catástrofes aéreas anualmente. El último ejemplo es el avión malasio que desapareció la semana pasada con los 239 pasajeros que llevaba a bordo.