El sistema electrónico de estos módulos convertiría la energía solar en radiofrecuencias y las transmitiría a antenas en la Tierra.
Se planea que los módulos sean ensamblados en el espacio por autómatas en un satélite, que medirá un kilómetro de diámetro. La forma de este satélite será parecida a un panel cuyo tamaño total será mayor que el de la Estación Espacial Internacional.
El inventor asegura que la energía recibida del satélite será suficiente para cubrir las necesidades de bases militares y pequeñas ciudades.