Los vehículos innovadores (MSV, por sus siglas en inglés) se combinan con todo tipo de sistemas de lanzamiento y son capaces de operar en varias órbitas: tanto en la órbita baja terrestre, como en la órbita circular intermedia y en la órbita geosíncrona. Sus sistemas de suministro de energía permiten añadir o sustraer baterías y paneles solares, lo que permite adaptarlo a diferentes misiones sin cambiar el 'hardware' básico. Como resultado, pueden estar en la órbita entre 1 y 7 años.
Según detallan los creadores del vehículo en un comunicado de prensa, los 'autobuses cósmicos' son, además, capaces de acomodar a bordo cargas útiles para una amplia gama de misiones, de transmisión de imágenes por radar hasta detección de misiles, comunicaciones militares y observaciones del clima. La única desventaja del sistema es la imposibilidad de hacerlo volver a la Tierra y usarlo de nuevo.
Especialistas de Northrop Grumman tardaron 30 meses en desarrollar el proyecto, cuyo coste estimado llegó a unos 50 millones de dólares. El primero de los MSV fue entregado el pasado 25 de febrero al departamento espacial de la base aérea Kirtland, en Albuquerque (Nuevo México, EE.UU.) que se dedica al desarrollo de tecnologías que permitan acortar el tiempo de fabricación de satélites.