BP pone en práctica nuevas soluciones para acabar con la fuga de crudo
British Petroleum (BP) intentará una vez más detener el vertido de petróleo en el golfo de México. Si la operación de contención funciona, al menos parte del crudo podría ser conducido a través de una tubería hacia la superficie. El último intento para detener el escape -la operación Top Kill- no sólo ha fracasado, sino que ha aumentado el tamaño de la mancha en comparación con los días anteriores.
Esta vez los ingenieros van a despejar la parte alta del conducto de donde sale el petróleo e instalar una válvula allí, lo que permitirá achicar el hidrocarburo. No obstante, BP tampoco garantiza que este método vaya a tener éxito.
El derrame, que empezó el 20 de abril con el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, es el mayor desastre ecológico que ha afectado a Estados Unidos. Se calcula que ahora se derraman en el Golfo de México de 12.000 a 19.000 barriles de petróleo diarios. Los daños ocasionados por la contaminación en la región podrían alcanzar unos 20.000 millones de dólares. BP ya ha desembolsado unos 1.000 millones de dólares para mitigar las consecuencias de la catástrofe.
Además, los trabajos se ven amenazados por la temporada de huracanes en el Océano Atlántico, que comenzó el 1 de junio. El viento y el oleaje podrían llevar el crudo tierra adentro, contaminando estuarios y marismas, y dificultar las operaciones de limpieza, en las que actualmente participan más de 20.000 personas y 1.700 barcos.